EN SEMANA SANTA 29 Y 30 DE MARZO NO DEBE AUMENTAR EL CONSUMO DE DROGA Y ALCOHOL ENTRE ADOLESCENTES: SEGÚN ESPECIALISTAS
Eduardo Cruz, psicólogo de Devida, invocó a los padres de familia a generar espacios de diálogo y conexión con sus hijos, sobre todo en estos días de Semana Santa, aprovechando los feriados. El profesional afirma que no hay un momento propicio para hablar de consumo de alcohol o drogas, pero que esto puede hacerse en un ambiente como los descansos, los fines de semana o los feriados largos. También indicó que Devida cuenta con la línea telefónica gratuita 1815 y con un chat online en la página web www.hablafranco.gob.pe para brindar orientación especializada en temas de drogas.
ASIMISMO, ESPECIALISTAS ADVIERTEN Y ASEGURAN:
Especialistas aseguran que jóvenes tienen mayor tendencia a excederse con estas sustancias, cuando acampan o realizan excursiones por días feriados. Ello los lleva a protagonizar accidentes, episodios de violencia o intoxicaciones que pueden terminar en muerte.
Ponga atención. Si bien los días de feriado por Semana Santa son una oportunidad para la reflexión, los más jóvenes aprovechan también estos días libres para participar en paseos con los amigos, salir a discotecas, campamentos o excursiones en los que muchas veces los grandes protagonistas son el alcohol y las drogas.
El psicólogo Eduardo Cruz, especialista en prevención y tratamiento de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), explicó que en el marco de estas salidas muchas veces tienen lugar los excesos que pueden poner en peligro la vida y la salud de jóvenes y adolescentes.
EXACERBAR LAS EMOCIONES:
El alcohol, explicó el profesional, ocasiona desinhibición en quienes lo consumen, pérdida de control, descoordinación motora, entre otros efectos. Además, los estados emocionales que estén atravesando podrían ser más intensos, si se exacerban con alcohol o estupefacientes. “Las personas pueden actuar por impulso y tener episodios de violencia contra sus compañeros”, indicó.
De otro lado, advirtió que aquella descoordinación motora que se refleja en los movimientos torpes de las personas que han bebido puede terminar en golpes, caídas, fracturas y hasta atropellos. Ello, pues los reflejos para reaccionar, por ejemplo, ante un posible accidente de tránsito, se hacen más lentos. Además, el alcohol disminuye también la evaluación del peligro.
Asimismo, está presente el riesgo de intoxicaciones, con síntomas como la taquicardia, vómitos, agitación, alucinaciones y pérdida del conocimiento que puede derivar en un coma etílico. “Entre los 21 y 23 años recién termina la consolidación o el desarrollo neuronal. Eso significa que un adolescente tiene menor capacidad para asimilar esas sustancias”, manifestó el representante de Devida.
A ello se suma el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual (ETS) o tener un embarazo no deseado por tener relaciones sexuales sin protección. “El consumo de drogas como la marihuana conducen a los adolescentes a un estado de relajación que los lleva a desconocer o minimizar el peligro”, añadió.
Según Eduardo Cruz, mientras más temprano es el inicio del consumo de estas sustancias entre los adolescentes, mayor es el riesgo de caer en problemas de adicciones. “En el país, la edad promedio para el inicio del consumo es de 13 años, pero se han detectado casos muy puntuales de chicos que a los 8 o 9 años habían probado alcohol”, declaró.
A su turno, el psicólogo del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro), Milton Rojas, reveló que el consumo de alcohol a temprana edad es inducido por la propia familia. “Un padre inicia a su hijo menor por un tema que atribuyen a la masculinidad”, anotó. Además, señaló que el beber en grandes cantidades se ha normalizado en las festividades regionales.
