Legisladores con denuncias por recortar sueldos a trabajadores del Congreso aspiran a ocupar escaños en el Senado, la Cámara de Diputados y el Parlamento Andino.
PARTIDOS REPITEN ROSTROS CUESTIONADOS
Por el lado de Podemos Perú, los legisladores José Arriola y Heidy Juárez serán precandidatos al Parlamento Andino y a la Cámara de Diputados, respectivamente. Ambos llegaron al Congreso con otras agrupaciones, pero ahora buscan un nuevo espacio político bajo el liderazgo de José Luna Gálvez.
En tanto, María Agüero, de Perú Libre, intentará un escaño en el Senado, pese a que un informe de la Comisión de Ética propone suspenderla 120 días por denuncias similares. Hilda Portero, de Acción Popular, también fue incluida en la lista de precandidatos a la Cámara de Diputados, mientras que Katy Ugarte participará en las internas de Juntos por el Perú, aún sin definir el cargo exacto al que postulará.
Según las investigaciones fiscales, varios de estos legisladores habrían exigido a sus trabajadores entregar entre el 10% y el 20% de sus remuneraciones, bajo amenaza de despido o represalias. Estas prácticas podrían configurar los delitos de concusión o cohecho pasivo propio.
El Ministerio Público continúa reuniendo pruebas, declaraciones y documentos que respalden el desvío irregular de fondos en perjuicio del Estado.
ANALISTAS CUESTIONAN EL MENSAJE POLÍTICO
Para el politólogo Omar Awapara, la inclusión de congresistas cuestionados en las listas partidarias refleja una subestimación del votante. “Han visto su gran porcentaje de desaprobación, pero piensan que la exposición pública puede favorecerlos. Sin embargo, el votante castiga y la tasa de reelección es baja”, afirmó.
Awapara recordó que, desde enero, está disponible la plataforma ‘Conoce a tu candidato’, que permite verificar los antecedentes de quienes buscan cargos de elección popular.
El analista César Campos coincidió en que muchos de estos postulantes buscan la reelección como una vía para mantener la inmunidad parlamentaria. “El porcentaje de reelección suele ser bajo, entre 18% y 20%, y corresponde a quienes no se han visto envueltos en escándalos”, explicó.
Campos añadió que la política peruana se ha convertido en “un charco de lodazal” donde los partidos priorizan el interés personal sobre la ética. “En tiempos de hipocresía, cualquier sinceridad parece cinismo. Hoy, las organizaciones políticas ya no piensan en la gente”, lamentó.
Fuente: Trome, 4/11/25
