MILLONARIOS LUJOS ENCONTRÒ LA FISCALÌA EN RESIDENCIA DE OLLANTA HUMALA Y NADINE HEREDIA
Ex-pareja presidencial vivìan a todo lujo.
Piscina, jacuzzi, muebles de lujo, joyas, entre otras cosas, es lo que el público ha podido comprobar a través de un informe detallado sobre lo que dejó la medida coercitiva del juez Richard Concepción Carhuancho que virtualmente puso al desnudo la frivolidad y boato de la familia del exmandatario.
Luego de que se cumpliera con la incautación de los inmuebles, vehículos y cuentas bancarias del entorno de los Humala-Heredia, investigados por presunto lavado de activos en agravio del Estado, el programa Beto a Saber pudo descubrir algo que era un secreto a voces en diferentes lugares: el lujo desmesurado con que ellos vivían al igual que su entorno.
Antonia Alarcón Cubas, la suegra del investigado expresidente, declaró bastante airada a reporteros de dicho programa que ella era desde 1970 propietaria de los dos inmuebles y que le llamaba la atención encontrarse dentro de las pesquisas para determinar exactamente sus ingresos y egresos económicos, teniendo en cuenta que se dedicaba a llevar escolares en una camioneta hasta que su yerno fue elegido presidente del país.
Nadine Heredia, por lo que se conoce de su vida pública cuando se desempeñó como primera dama del gobierno de su esposo, ha gustado de viajar mucho al extranjero donde aprovechaba para hacer compras de ropa, perfumes y alhajas carísimas, en una muestra abierta de su debilidad por la ostentación y lo caro.
Ha quedado claro también que ninguno de los bienes inmuebles figura como dueño Ollanta Humala Tasso, sino Nadine Heredia Alarcón, lo que demuestra muy claramente que era ella la “voz cantante” en su hogar desde que decidieron unirse matrimonialmente.
Muchos dicen que Humala Tasso no ha tenido apego por el boato, pero ahora sí ha demostrado que tiene condiciones para fingir ser una víctima de las circunstancias, y parecería que no ha tenido mayor obstáculo de poner a sus tres hijos como perjudicados de esos hechos, cuando, de acuerdo a las imputaciones del fiscal Germán Juárez, este no tuvo mayor reparo para viajar a Brasil para recibir la gracia de Inácio Lula da Silva (del Partido de los Trabajadores de Brasil) para inyectar a su campaña electoral del 2011, tres millones de dólares, por medio de Odebrecht.
