Vida de lujo. Tras recibir 19.8 millones de dólares como pago de compensación de Las Bambas, Edison Vargas Huamanga, actual presidente de la comunidad de Fuerabamba, compró a su nombre y al contado una casa por 210 mil dólares, además de 4 vehículos pagados en efectivo, valorizados en casi 200 mil dólares.
A más de 3,800 metros sobre el nivel del mar, en el corazón del corredor minero, la comunidad de Fuerabamba enfrenta un nuevo conflicto. Esta vez no es contra el Estado ni contra una empresa, sino entre sus propios habitantes.
Y es que tras volverse presidente de la comunidad con solo 29 años y recibir más de 19.8 millones de dólares que pagó la empresa Las Bambas como compensación, Edison Vargas Huamanga ha gastado en menos de seis meses más de medio millón de dólares en efectivo para comprarse una casa en Cusco y cuatro vehículos para él y su empresa familiar, tal como se puede corroborar con los registros de Sunarp a los que accedió Perú21.
De esta manera, ha logrado que más de un poblador enfurecido le exija por primera vez una rendición de gastos sobre los pagos y contribuciones recibidos de la empresa minera con la que conviven desde 2010.
Más de 600 comuneros esperaron seis meses para que Vargas comenzara a desembolsar parte del dinero recibido por la empresa que le correspondía equitativamente a cada poblador. Sin embargo, sin mayor explicación, este dinero fue retirado de las cuentas de la comunidad para ser depositado en la cuenta personal de su presidente.
LA DENUNCIA
Es necesario remontarse a 2011, cuando la empresa minera Las Bambas y la comunidad campesina de Fuerabamba firmaron un contrato de permuta, un intercambio en el que la comunidad cedió 4,700 hectáreas a la empresa y esta le entregó 4,200 hectáreas debidamente saneadas donde pudiesen vivir o construir sus propiedades.
Además de este trueque, se estableció que la minera le compraría a la comunidad 70 hectáreas adicionales, que luego se amplió a 180 hectáreas tras un acuerdo entre ambas partes.
Uno de los puntos de este documento estipulaba que la identificación del nuevo terreno de 180 hectáreas a adquirirse, debía realizarse de manera conjunta entre la comunidad y la empresa. Sin embargo, la comunidad nunca conformó una comisión para este proceso, lo cual impidió su cumplimiento.
Es por eso que 12 años después, recién en 2023, la comunidad y Las Bambas acordaron que en vez de comprarles un terreno, le pondrían un valor monetario a las 180 hectáreas: 31.8 millones de dólares (aproximadamente 120 millones de soles) que fueron depositados en su totalidad, según se registró en actas.
Documentos revisados por este diario muestran que en 2024, la empresa minera entregó alrededor de 12 millones de dólares (45 millones de soles) para la adquisición de camiones destinados a la empresa comunal llamada Apu Llallawa, que opera alquilándole estos vehículos a Las Bambas para el transporte de minerales.
El saldo restante de los US$31.8 millones, aproximadamente 19.8 millones de dólares (casi 74 millones de soles), fue entregado a los dirigentes de la comunidad para su distribución entre los más de 600 comuneros de diferentes familias.
Las transferencias de estos 19.8 millones de dólares se realizaron en tres cheques distintos: el 2 de abril, el 10 de abril y el 22 de mayo de 2024, tal como se muestra en imágenes obtenidas por este diario (ver pág. 3).
Perú21 conversó con diversos comuneros que denunciaron no haber recibido el dinero, muchos hasta octubre de 2024 y otros hasta el día de hoy. Según mencionaron, el presidente de la comunidad, Edison Vargas, habría transferido parte o la totalidad de estos fondos a sus cuentas personales y a plazo fijo, obteniendo así beneficios financieros a través de intereses generados.
“Sabemos que el dinero estuvo en su cuenta personal. No entendemos por qué si era dinero de la comunidad. Nos dicen que todo está en orden, pero si fuera así, ¿por qué no muestran los documentos?”, reclama un poblador que conversó con este diario.
Frente a esto, algunos comuneros han solicitado una auditoría financiera, pero la directiva encabezada por Vargas ha rechazado la propuesta, argumentando que aún no se han entregado todos los cheques correspondientes a los beneficiarios.
“Nos ha dicho que si le hacemos una auditoría financiera a él, también tenemos que hacer a todas las juntas directivas que ha habido en la comunidad desde hace más de 15 años; no sabemos dónde está el dinero ni cuánto realmente se repartió. Solo queremos claridad”, aseguró otro comunero de Fuerabamba.
SUERTE FAMILIAR
Edison Vargas Huamanga y su padre, Erasmo Vargas Huamaní, figuran como titulares de la empresa Inversiones Reedy.
En diciembre de 2024, Vargas Huamanga adquirió una vivienda en Cusco valorizada en 210 mil dólares en una sola transacción que puso a su nombre. En los últimos meses, ya como presidente en la comunidad de Fuerabamba, ha comprado cuatro camionetas, cuyos precios suman US$189,889, y que puso a su nombre y de Inversiones Reedy, según registros públicos. El desembolso lo hizo en efectivo.
Actualmente, los dirigentes de Fuerabamba, encabezados por Vargas, reclaman la posesión de otras 100 hectáreas de terreno que consideran parte de la comunidad. No obstante, la familia Cruz, también miembro de la comunidad fuerabambina, es la actual poseedora de dichas tierras. Según versiones de algunos pobladores, Las Bambas estaría apoyando a la familia Cruz para que mantenga la posesión del terreno, aunque la empresa minera ha negado esta afirmación.
Algunas versiones sostienen que la dirigencia de la comunidad podría estar utilizando este reclamo territorial como una estrategia para incentivar protestas contra Las Bambas y desviar la atención del manejo de los fondos comunitarios. El caso sigue en desarrollo y se esperan más pronunciamientos sobre la situación financiera de la comunidad y su dirigencia.
Perú21 conversó con Edison Vargas Huamanga, quien mencionó que la compra de la casa que realizó al contado por 210 mil dólares fue gracias a un “préstamo familiar”.
Aseguró tener documentación que sustenta esa transacción informal que no está bancarizada, pero al cierre de esta edición, no envió la información prometida.
Además, sobre los cuatro vehículos comprados al contado dijo que realizó la compra para ayudar a sus familiares que al no pertenecer a la comunidad, no están empadronados. Aseveró nuevamente que la documentación sobre estos pagos intrafamiliares la tenía consigo. Sin embargo, pese a que se lo solicitamos, no la remitió.
Fuente: Perú 21, 1/3/25