"El arrinconamiento del Ministerio Público tiene que ser el detonante para que la ciudadanía despierte y se dé cuenta de lo que están haciendo con la Fiscalía".
Las próximas elecciones tienen que ser determinantes para que la ciudadanía pueda castigar a todos estos sinvergüenzas, sin darles la oportunidad de la reelección. “Por estos no” tiene que ser la consigna de esta campaña. Mientras tanto, debemos volver a autoconvocarnos para hacer frente a esta mafia.ojos con una nula respuesta ciudadana y hasta una resignación cómplice. Es realmente grave esta captura del Estado, un golpe de Estado blando y progresivo que está destruyendo los cimientos de la institucionalidad y la democracia en el Perú.
El arrinconamiento del Ministerio Público tiene que ser el detonante para que la ciudadanía despierte y se dé cuenta de lo que están haciendo con la Fiscalía. Han degradado la institución, un organismo constitucionalmente autónomo, la han descabezado con la ilegal e inconstitucional sanción a la fiscal de la nación Delia Espinoza. El tinglado que se ha armado para someterla y retirarla a la mala de su cargo es una aberración jurídica y un atropello sin nombre, porque el Congreso le ha aprobado una acusación constitucional por una supuesta falta en la que jamás ella tuvo alguna participación; inclusive el responsable de la supuesta denuncia, el fiscal Villena, quedó absuelto. Evidentemente, solo buscaban vengarse de Delia Espinoza.
Ahora reponen como fiscal supremo a otro personaje cuestionado y procesado por ilícitos, a través de una resolución judicial cuestionada. la JNJ, diligente y oficiosa, inmediatamente procedió con la reposición, limitándose a informar que estaba cumpliendo con la orden judicial.
Situación absolutamente contraria cuando se trató de Delia Espinoza: no solo se zurraron en una orden judicial, sino que jugaron en pared con sus cómplices del TC para que los ayuden con una acción competencial y así evitar cumplir la ley. Recuerdan cómo el Congreso suspendió a miembros de la anterior JNJ por una supuesta falta administrativa, la edad de una magistrada, quien cuando postuló al cargo cumplía el requisito de ser menor de 80 años.
Ahí se ve el doble rasero y la sinvergüencería de la clase política que nos está gobernando. Buscan cualquier leguleyada o justificación absurda para sancionar a aquel que se atreva a cumplir la ley o que los denuncie, mientras que con sus cómplices son condescendientes y encima facilitan el retorno de personajes cuestionados e involucrados en delitos graves que degradan la institución que es parte del sistema de justicia. ¿Qué mensaje a la nación se da con esta utilización del poder para buscar beneficio personal y hasta impunidad?
Las próximas elecciones tienen que ser determinantes para que la ciudadanía pueda castigar a todos estos sinvergüenzas, sin darles la oportunidad de la reelección. “Por estos no” tiene que ser la consigna de esta campaña. Mientras tanto, debemos volver a autoconvocarnos para hacer frente a esta mafia.
Fuente: Perú 21, 8/12/25